sábado, 13 de diciembre de 2008

TRABAJOS REALIZADOS

1. Los saberes de mis estudiantes
Los jóvenes que utilizan internet generalmente invierten su tiempo bajando información para hacer sus tareas escolares, bajar fotos, ver videos, bajar música y jugar.
Es importante señalar que no todos tienen a su alcance esta herramienta, la mayoría utiliza los servicios del café internet y generalmente sólo los utilizan para trabajos urgentes.
Por otro lado también hay jóvenes que sólo se dedican a chatear, no se despegan del hi5 y otros que se la pasan jugando, prefieren pagar para que les hagan las tareas.
También detecte varios jóvenes que no saben utilizar el internet e incluso no les gusta

2. Estrategias para aprovechar esos saberes en el aula
Lo que se me ocurrió fue rentar el café internet que esta frente a la escuela, forme parejas para que cada una tuviera una buena computadora. Integre cada pareja con un joven que conoce de internet, con otro que no sabe mucho o no le gusta. El objetivo fue compartir los conocimientos, motivar a los que no les gusta y aprender a abrir una cuenta de correo. Nos saludarnos por correo y me enviaron su archivo adjunto. También pude obtener las cuentas de correo electrónico para hacer un directorio de nuestro grupo.

3. Quien van a enseñar a quien
El objetivo es que los jóvenes que ya saben navegar por internet enseñen a su pareja a crear su cuenta de correo electrónico y posteriormente los jóvenes que ya manejan el internet tuvieron un tiempo para compartir sus conocimientos.
Para verificar el trabajo me enviaron su correo que incluía un archivo adjunto con el tema de su preferencia.
La aventura de ser docente
Que grato leer la historia del profesor Esteves, por que confirma lo que has vivido en la docencia, te dice que vas por buen camino, permite reflejarte en la lectura y recordar tus inicios como maestro; hace que te identifiques con lo que estás viviendo y puedes observar hacia dónde te diriges.
Como lo redacta el autor, creo que a nadie nos ha enseñado como ser docentes, lo hemos aprendido a prueba y error. Lo menos que podemos hacer es agradecer por la oportunidad que se nos dio de aprender a enseñar, a comunicar y trasmitir los conocimientos que si no los aplicamos de nada valen.
Estoy totalmente de acuerdo con el profesor Esteve, cundo comenta de la humildad que debemos tener los profesores con los alumnos, es muy difícil aplicar esta habilidad si no nos gusta nuestro trabajo y aun más, si pensamos ¡yo nací para que me sirvan!, que pena, pero estos pensamientos rebajan a los profesores, no contribuyen en el desarrollo humano de los jóvenes y lo único que enseña a los alumnos es sentir impotencia o resentimiento hacia el profesor.
Coincido en que la humildad y la paciencia son piezas claves para comenzar a tener afinidad con ellos, de modo que nos permita comprender el por qué de sus acciones y actitudes; Pero también considero, que los limites son muy importantes, porque es cierto que los alumnos llegan hasta donde el profesor lo permite.
El saber manejar las habilidades antes mencionadas, trae como consecuencia, mantener el control y respeto de los alumnos, pero ahora falta ganar su atención, como lo dice el autor “engancharlo”
Es importante demostrar lo que sabemos, por eso es necesario, preparar nuestras sesiones aún cuando sea el segundo o tercer año de impartirla, es menester enriquecer nuestras sesiones y mantenerlas actualizadas para despertar ese interés por la clase.
En mi punto de vista considero que si aplicamos al menos los puntos anteriores, ya tenemos un gran porcentaje de avance en el desarrollo de la docencia, los demás viene por consecuencia
Concluyo manifestando que efectivamente el que enseña es el que más aprende y la verdad nos hace libres.

Mi confrontación con la docencia
Como les comente en la presentación, mi profesión de origen es Contador Público, estudios que concluí satisfactoriamente en la ESCA Tepepan en 1999.
Cuando termine mi licenciatura había la oportunidad de ser profesor en el IPN, sin embargo yo quería seguir adquiriendo más experiencia en mi carrera, y la verdad no me llamaba la atención en esos momentos
Estuve varios años trabajando en despachos, así como en empresas, me gustaba estar en el mundo de la administración y los negocios, con horarios largos y en ocasiones sin dormir, con la presión de las declaraciones, nóminas, bancos, clientes etc.
Con la llegada de mi hijo todo cambio, entendí, que él me necesitaba y que era hora de hacer una pausa en mi vida; que esta oportunidad de realizarme como mamá no volvería y que es parte de la vida.
Posteriormente pasamos por situaciones económicas muy desfavorables, así que tuve que volver a buscar trabajo. Solo que esta vez como madre profesionista buscando que el lugar de trabajo estuviera cerca de casa, que fuera de medio tiempo y que explotara lo que había estudiado.
Fue así como solicite trabajo en el CONALEP y en agosto del 2005 inicie dando clase a los jóvenes de 5° semestre, de la materia planeación del proceso tributario. Recuerdo que varios de esos alumnos eran muy brillantes, incluso ahora continúan estudiando a nivel superior.
En mi primer clase me sentí emocionada y con algo de nervios que pronto deje de sentir, pero lo que si me preocupaba era: ¡que iba a hacer con 40 jóvenes tres horas corridas de la clase!, que por cierto se me hicieron eternas.
Todos los días y fines de semana me la pasaba preparando clase y repasando lo que iba a decir; naturalmente me faltaba toda la parte pedagógica, y de disciplina para controlar al grupo, ellos notaron mi falta de experiencia como docente, pero la verdad fueron muy pacientes conmigo.
Desde entonces continuo dando clases y no me arrepiento de esta hermosa experiencia que día con día me fortalece en muchos aspectos de mi vida porque me ayuda a crecer junto con mis alumnos. Creo que es un privilegio pero también una responsabilidad muy grande la que se nos ha conferido.
El ser profesor es una tarea que me exige estar a la vanguardia y por ello cada vez que puedo tomar algún curso que me ayude a ser mejor mi trabajo ¡ahí estoy!
Me siento en paz conmigo porque sé que me he esforzado por preparar e impartir mis clases lo mejor que puedo, (aunque sé que me falta mucho) investigo y comparto información reciente, que pueda ser útil en la clase, trato de ser constante y puntual en las clases, entre otros detalles más.
Es gratificante saber que soy correspondida de la misma manera porque puedo ver de frente a la mayoría de mis alumnos y observar que en su rostro se dibuja una sonrisa de satisfacción, me da gusto saber que les está yendo bien en sus vidas, que algunos de ellos ya están estudiando la universidad, otros ya están trabajando, o llevan contabilidades de manera independiente
Sin embargo no todo es color de rosa y en algunas situaciones me han dejado un mal sabor de boca, por ejemplo cundo habiendo preparado mi clase, con tanto esmero, algunos alumnos se muestran apáticos, o simplemente no les interesa, cuando la pereza mental se apodera de ellos, cuando quieren pasarse de listos, cuando no son honestos, etc.
Con respecto a las insatisfacciones que puedo externar es el favoritismo que impera en el plantel, la mala administración y organización de los planes de estudio y ciertos actos de corrupción.

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